¿Qué color tiene un buen aceite de oliva virgen extra?
El AOVE es, dentro de los aceites de oliva vírgenes, la categoría de aceite de oliva de mayor calidad. Para que un aceite de oliva virgen se considere extra debe cumplir con dos condiciones: una de carácter químico según el porcentaje de acidez; y otro aspecto organolético, es decir, el sabor y el aroma de dicho aceite. Existen muchas variedades de aceitunas, cada una con un sabor, textura y vida útil diferente que aportarán un color diferente al producto.
¿Cuál es color del AOVE?
El color del Aceite de Oliva Virgen Extra puede tomar diferentes tonalidades desde el verde oscuro al amarillo claro. Los factores que más condicionan el color del aceite son la maduración temprana, el filtrado, el paso del tiempo y la variedad de olivo. Aunque su color no es una medida fiable de calidad, este aspecto condiciona a los consumidores a la hora de comprar el aceite de oliva virgen extra.
Aceite de oliva verde:
Estos aceites son cada vez más habituales en los supermercados y los más consumidos por gran parte de la población. En este caso, son los propios pigmentos de la aceituna los que confieren el color al aceite. A esto también se suma la recolección extra-temprana donde la tonalidad del aceite es verde oscuro. Sin embargo, según va avanzando la recolección, el aceite se torna a tonalidades verdes más luminosas.
Este aceite de oliva virgen extra, aparte de ser más amargo y picante tiene olores y sabores que nos recuerdan a otras frutas, hortalizas y plantas. Esto se conoce como el frutado, que es un atributo fundamental de los mejores aceites de oliva.
Aceite de oliva amarillo:
A la que las aceitunas van madurando, los pigmentos de clorofila que aportaban esa tonalidad verde se van reduciendo y aumenta la presencia de carotenos y xantofilas, que tienen tonalidades amarillentas que le aportan ese color al aceite.
Sin embargo, no es sólo la maduración de las aceitunas la que afecta en el color y sabor del aceite. En el proceso de filtrado, se eliminan ciertas partículas y el aceite se vuelve más translúcido. Esto provoca que el color verde del aceite evolucione convirtiéndose en aceite en tono amarillo o dorado, así como el nivel en los parámetros de amargo y picante.
De igual manera, el transcurso del tiempo y altas temperaturas ocasiona una pérdida en la tonalidad verde. Y, en concreto, hay que tener especial cuidado con la exposición a la luz, ya que es uno de los factores que hace que el aceite torne antes a tonos dorados. Esto es debido a la degradación de la clorofila que produce el cambio de la pigmentación de un aceite verde al amarillo.
Con lo cual, para medir la calidad del aceite no debemos fijarnos únicamente en el color. Los atributos que deben tener los mejores aceites de oliva son el sabor frutado, amargor y picante. Por ello, desde Monteoliva Cordobesa nos encargamos de trabajar cuidadosamente en cada etapa del proceso para conseguir la excelencia y un sabor inconfundible en nuestros productos.
¿Quieres probar uno de ellos? ¡Estamos seguros de que te encantará!