¿Son buenas las grasas que contiene el Aceite de Oliva Virgen Extra?
En el mundo de la alimentación parece que las grasas son grandes enemigos, sin embargo, no todas ellas son perjudiciales para la salud, más bien todo lo contrario. Nuestro cuerpo necesita energía para moverse y activarse, y la realidad es que la mayor parte de esta energía no se encuentra en los alimentos que todos calificamos como los más saludables, así como la fruta o las verduras, sino que reside en las grasas. Eso sí, en las insaturadas.
Tipos de ácidos grasos
Ambos tipos de grasas, tanto los ácidos grasos saturados como los insaturados, nos proporcionan una forma concentrada de energía, pues contribuyen en la transportación de vitaminas a nuestro organismo y en la protección de nuestros órganos.
Sin embargo, el consumo de las grasas saturadas, presentes en carnes rojas, lácteos y derivados, debe especialmente cuidarse. Estas tienden a quedarse almacenadas en el cuerpo con el fin de servir de despensa para tiempos de menos actividad, aumentando así nuestro peso y poniendo en peligro la salud del corazón si se abusa en exceso de ellas.
Por otro lado, cuando nuestro cuerpo siente que requiere de un esfuerzo extraordinario, tienda a consumir energía procedente de los azúcares y aquellas grasas más activas y menos estables. Estas son las grasas mono y poliinsaturadas, que permanecen durante poco tiempo, se estima que días e incluso horas, almacenadas en el organismo.
Entonces, ¿deberíamos incluir este tipo de grasas en la dieta? Reemplazar los ácidos grasos menos saludables por los insaturados resulta altamente beneficioso para la salud.
- Reducen los niveles de colesterol
- Mejoran la función de los vasos sanguíneos
- Controlan el nivel de glucosa en sangre e insulina
- Son ricos en energía y ayudan a absorber los nutrientes
- Previenen las enfermedades cardiovasculares
AOVE, el rey de las grasas saludables
De la misma forma que el resto de aceites, el Aceite de Oliva Virgen Extra está compuesto por ácidos grasos, pero, lo que realmente le diferencia del resto es la proporción que contiene de cada tipo. Tan solo el 10% de su composición se basa en ácidos grasos saturados, mientras que el resto lo compone el ácido oleico, un tipo de grasa monoinsaturada del grupo Omega 9.
Siendo el gran protagonista de la dieta mediterránea, es ello lo que convierte al AOVE en una de las principales fuentes de salud y bienestar para el organismo. Además de su gran cantidad de matices aromáticos y de la variabilidad de usos que se le puede dar en la cocina, este es sinónimo de escudo natural para reforzar el sistema inmunitario y cardiovascular. Es por ello por lo que añadir un chorrito de AOVE para aliñar la ensalada, cocinar carne a la plancha, pescado, etc., nos aportará además de energía, un gran conjunto de nutrientes necesarios para mantener nuestro metabolismo fuerte y sano.